Unión Monetaria Latina

Organización europea (1865-1927)

La Unión Monetaria Latina (UML) fue creada en el siglo XIX en un intento por unificar varias divisas europeas en una sola moneda que pudiera ser utilizada en todos los Estados miembros, en una época en la que la mayoría de las monedas nacionales estaban aún compuestas de oro y plata. Se estableció en 1865 y se disolvió en 1927.

Unidades de la unión monetaria latina
Moneda fuera de curso
Varios

Moneda de 20 francos de Napoleón I, base de la futura unión
Código ISO Varios
Símbolo Varios
Ámbito Varios
Fracción 100 céntimos
Billetes Varios
Monedas 1, 2, 5, 10, 20, 50 cent, 1, 2, 5, 10, 20, 50 y 100 Unidades de la unión
Tasa de cambio
fija
Paridad con el franco francés

Historia

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El 23 de diciembre de 1865; Francia, Bélgica, Italia y Suiza suscribieron un acuerdo en el que se comprometieron a cambiar sus divisas nacionales a un estándar de 4,5 gramos de plata o 0,290322 de oro (una relación oro/plata de 1:15,5) y hacerlas libremente intercambiables. Más tarde se uniría Grecia en 1868. Ese mismo año, España adoptó ese estándar para su moneda local, mediante un convenio bilateral con la UML.[1]​ También en 1889 adoptarían el mismo estándar San Marino, Rumanía y Austria-Hungría por sus acuerdos bilaterales con la unión, así como Bulgaria, Venezuela, Serbia y Montenegro, de forma unilateral (sin incorporarse formalmente a la unión). Las Indias Occidentales Danesas también adoptaron el mismo estándar en 1904, pero no se incorporarían a la UML, de manera oficial.

Debido a las fluctuaciones del oro y la plata y a las turbulencias políticas de inicios del siglo XX, la unión monetaria acabó siendo dejada de lado en los años 20, hasta disolverse formalmente en 1927.[nota 1]​ Las monedas de 0.50, 1 y 2 seguirían circulando en Suiza y Venezuela hasta su reemplazo por cuproníquel en 1967.

Aún se emiten monedas de oro en Italia y San Marino usando los mismos estándares y valuadas en euros.

Véase también

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  1. De aquellas monedas sigue existiendo el franco suizo, y hasta la llegada del euro, siguieron circulando, entre otras, el franco belga, la lira italiana, la peseta y la dracma griega. El franco belga sufrió dos reajustes, en 1926 y en 1940, y el franco francés fue revalorizado en el año 1960 haciendo un franco nuevo de 100 francos antiguos. Al cabo de 130 años, cuando entró en vigor el euro, el valor de esas monedas que nacieron iguales y relacionadas con el franco suizo, era: 1 franco suizo igual a 26,03 francos belgas, 1249,21 liras italianas, 107,35 pesetas, 219,84 dracmas griegas y 423,20 francos franceses antiguos.

Referencias

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Bibliografía

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  • García Ruiz, José Luis (1992). «Patrón oro, banca y crisis (1875-1936). Una revisión desde la historia económica». Cuadernos de estudios empresariales (2): 57-86. ISSN 1131-6985. 

Enlaces externos

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