Ir al contenido

Orden de la Legitimidad Proscrita

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 16:25 28 jun 2016 por PatxiDesventura (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.

La Orden de la Legitimidad Proscrita [1]​ es una distinción carlista de España, instituida por el pretendiente Jaime de Borbón y Borbón-Parma en 1923, con el fin de premiar «la lealtad de beneméritos jaimistas» y atestiguar públicamente el agradecimiento del pretendiente a quienes por sus sufrimientos o servicios a la causa legitimista se hicieran dignos de ella.

Actualmente existen dos órdenes —o dos obediencias de la misma Orden— que dicen ser continuadoras de la Orden de la Legitimidad Proscrita.

Orden histórica

La Orden de la Legitimidad Proscripta fue creada el día 16 de Abril de 1923[2]​ por Jaime de Borbón y Borbón-Parma. En una carta desde París el pretendiente carlista comunicó entonces a su secretario político, José Selva Mergelina, que ante las noticias que le llegaban de España acerca de las persecuciones que sufrían sus seguidores, había decidido crear esta Orden en reconocimiento “a todos los que por sus sufrimientos o servicios se hagan dignos de ella”.

Las insignias de la Orden de la Legitimidad Proscripta consisten “en una Cruz de Covadonga colgada de una cinta con barras verticales negras y verdes; negras, color del duelo del destierro, y verdes, color de la esperanza del triunfo”. La cinta “será sencilla para los caballeros, y llevará una pequeña roseta para los oficiales, y otra de mayor tamaño para los comendadores”.

Esta condecoración fue dada casi inmediatamente a José Selva Mergelina. Por Real Decreto del 8 de diciembre sería concedida a la "Juventud Jaimista de Madrid".[3]​ En marzo de 1924 fue otorgada a diferentes personalidades carlistas como José Roca y Ponsa, Manuel de Llanza y de Pignatelli de Aragón, José de Suelves y de Montagut, Juan Pérez Nájera, Francisco Martínez, Lorenzo Sáenz y Fernández, Franscisco Guerrero Vílchez, y Esteban de Bilbao y Eguía. El 22 de abril de 1931 el escritor Ramón María del Valle-Inclán sería también nombrado Caballero de la Legitimidad.

Desde su creación en 1923 siempre han actuado como Grandes Maestres de la Orden los Titulares dinásticos del legitimismo carlista. Así con posterioridad al fallecimiento de Jaime de Borbón en 1931, este cargo ha sido desempeñado por Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este, Javier de Borbón-Parma y Carlos Hugo de Borbón-Parma.

Solamente después del periodo de la Regencia (1936-1952), una vez que asumió la "realeza" carlista, Javier de Borbón empezó a ejercer como Gran Maestre de la Orden y a conceder Cruces. En 1963 ascendió al rango de Comendador de la Orden a Manuel Fal Conde.

El 9 de diciembre de 1967, en Lisboa, Javier de Borbón reunió al Capítulo General de la Orden con el fin de dinamizarla. En este acto el pretendiente carlista afirmó que “el Carlismo es más que un concepto de legitimismo. No defiende un derecho puramente histórico, sino la vigencia profunda de la autoridad legítima que sirva al bien común. Cumple unos deberes actuales, una misión plenamente actual. Si es legítimo por su origen, lo es también porque se legitima cada día por su actuación”.[4]​ El día anterior, en un acto celebrado en Fátima, Javier de Borbón había otorgado el título de "Duque del Quintillo" a Manuel Fal Conde (fue la única ocasión en la que este príncipe creó un título nobiliario en su condición de Jefe de la Dinastía carlista).

Órdenes actuales

Obediencia a Carlos Hugo y Carlos Javier

En 1999 Carlos Hugo, tras haber estado apartado de la vida política española desde 1980, restableció la Orden realizándose tres actos públicos de reunión con antiguos militantes del Partido Carlista, a los que previamente había comunicado la concesión de esta Cruz “que quiero que ostentes en tu pecho, símbolo de servicio y lealtad”, el 30 de mayo en Villarreal (Castellón), el 5 de junio en Roa (Burgos), y al día siguiente en el Castillo de Javier (Navarra).[5]

El 23 de abril de 2000 Carlos Hugo dotó a la Orden de unos estatutos, de los que había carecido hasta ese momento, en los cuales modificaba su denominación pasando a ser Real Orden de la Legitimidad Proscripta (ROLP), la dividía en tres capítulos correspondientes a cada una de las tres coronas tradicionales de las Españas (Castilla y León, Navarra, y Aragón), y se determinaba que la insignia de la Cruz de Covadonga (también llamada Cruz de la Victoria) iría timbrada por una corona real.[6]

El 13 de octubre de 2000, en Trieste, en cuya Catedral se encuentran enterrados la mayoría de los reyes carlistas, Carlos Hugo de Borbón reunió el Capítulo General de la Orden restituida, ante el cual disertó sobre el llamado Pacto Dinastía-Pueblo como principio constituyente del carlismo:

«La primera es que el Carlismo representa (...) la voluntad de un Pueblo que ha legitimado una Dinastía. Es un pacto entre el Pueblo y una Dinastía. ¿Y esto, qué implica? Implica que el Carlismo a lo largo de ciento setenta años ha hecho cuatro levantamientos, ha perdido cuatro guerras; y la peor perdida ha sido la última, porque no fue una guerra carlista propiamente hablando, y el Carlismo ha sido destrozado. El Carlismo ha sido destrozado pero no vencido. No hay ningún partido político en el mundo actual, ni uno, que tras tales circunstancias haya sobrevivido más de setenta años ¡y nosotros tenemos ciento setenta años! Esto significa que la Dinastía Legítima no busca su legitimidad en el derecho, aunque la tenga tenga allí, sino que la busca en el Pacto de la Dinastía con el Pueblo».[7]

En aquel acto su hijo Carlos Javier de Borbón-Parma, que fue condecorado con la Gran Cruz de la Legitimidad ante más de un centenar de carlistas, afirmó comprometerse con la continuidad histórica del carlismo.[8]

En el año 2003 en un acto[9]​ de la Orden celebrado en el restaurante Euskalduna de Arbonne (País Vasco francés), Carlos Hugo pasó el testigo político de la legitimidad carlista a sus dos hijos varones, don Carlos Javier y don Jaime, a quienes confirió los tradicionales títulos carlistas de Duque de Madrid y Duque de San Jaime, respectivamente. En este acto, además de imponer tres nuevas medallas de la Legitimidad Proscripta, criticó el modelo territorial del Estado español ya que «las autonomías se han construido a partir del Estado y no el Estado a partir de las autonomías (...) Llámese como se le quiera llamar, hay que construir una comunidad de comunidades como se ha hecho en los países que ya tienen un sistema federal».

En noviembre de 2004 se realizaron nuevos actos de la Orden en Madrid, Barcelona y Oyarzun, en los que Carlos Hugo impuso la Cruz de la Legitimidad a históricos militantes del Partido Carlista.[10]

El 9 de mayo de 2009 fue celebrada una asamblea de la Orden en Poblet (Tarragona).[11]

En el año 2014 empezó a funcionar la Asociación 16 de Abril, cuyo presidente es Luis Gismero. La finalidad de esta entidad es proporcionar cobertura legal a la Orden, conforme a la legislación vigente, de cara a su participación en la vida pública española. A finales del 2015 publicó el libro Don Carlos Javier. Propuestas.[12]

Obediencia a Sixto

El hermano de Carlos Hugo, Sixto de Borbón Parma, y los seguidores de éste, no reconocieron en el año 2000 a Carlos Hugo como Gran Maestre de la Orden. Actualmente la Orden se divide por tanto en dos obediencias: la liderada por Carlos Javier de Borbón Parma, hijo de Carlos Hugo, y la que reconoce la Jefatura de la Orden en Sixto Enrique de Borbón Parma.[13]

Sixto de Borbón ha nombrado Caballeros de la Orden de la Legitimidad Proscrita a diversas personalidades defensoras del tradicionalismo, entre ellos al que fuera presidente de Uruguay Juan María Bordaberry.[14]

Enlaces externos

Referencias

  1. Ferrer Dalmau, Melchor (1960). Historia del Tradicionalismo Español. Tomo XXIX. Sevilla: Editorial Católica Española. p. 268. 
  2. Ferrer Dalmau, Melchor (1960). Historia del Tradicionalismo Español. Tomo XXIX. Sevilla: Editorial Católica Española. p. 268. 
  3. Ferrer Dalmau, Melchor (1960). Historia del Tradicionalismo Español. Tomo XXIX. Sevilla: Editorial Católica Española. pp. 159-160. 
  4. Gómez Bahillo, Julio (2007). La lucha silenciada del carlismo catalán. Ediciones Arcos. p. 184. 
  5. de las Heras Borrero, Francisco (Julio-Septiembre 2009). «Derecho Premial de los Reyes Carlistas». Cuadernos de Ayala. Revista de la Federación Española de Genealogía y Herádica y Ciencias Históricas (39): 12. 
  6. «Orden de la Legitimidad Proscrita». 
  7. Gómez Bahillo, Julio (2007). La lucha silenciada del carlismo catalán. Ediciones Arcos. p. 185. 
  8. Gómez Bahillo, Julio (2007). La lucha silenciada del carlismo catalán. Ediciones Arcos. p. 186. 
  9. Martorell, Manuel (7 de octubre de 2003). «Carlos Hugo de Borbón pasa el "testigo carlista" a sus hijos Carlos Javier y Jaime». El Mundo: 16. 
  10. Clemente Muñoz, Josep Carles (2011). Breve historia de las guerras carlistas. Nowtilus. p. 341. 
  11. Clemente Muñoz, Josep Carles (2011). Breve historia de las guerras carlistas. Nowtilus. p. 345. 
  12. Don Carlos Javier. Propuestas. Madrid: Asociación 16 de Abril. 2015. 
  13. «Sobre la actualidad de la Orden de la Legitimidad Proscrita y sus distintas obediencias». Doce Linajes de Soria. 2011. 
  14. Bordas Martínez, Julio (2015). Tupamaros. Derrota militar, metamorfosis política y victoria electoral. Dykinson.